Ricardo Alfonsín llega a su oficina de la avenida Santa Fe, en Recoleta, pasadas las diez de la mañana. Desde allí, todos los días enfrenta la campaña para renovar su banca en la Cámara de Diputados. Campaña que lo llevará esa tarde, por ejemplo, a pararse delante de La Rosadita (el edificio de Puerto Madero, donde Fariña y Elaskar jugaban a ser banqueros del poder) y presentar el “Libro negro” de la corrupción kirchnerista y el “Informe blanco”, con sus propuestas para alcanzar la transparencia.

“Se están prendiendo en la Argentina algunos disvalores que habíamos comenzado a desterrar cuando recuperamos la democracia” denuncia, desde su despacho, Alfonsín. Y luego explica: “Hablo de la intolerancia, el sectarismo y la descalificación dura a quien piensa diferente. Habíamos avanzado en ese aspecto. Pero en los últimos años estamos retrocediendo”.

El candidato del Frente Progresista Cívico y Social en la provincia de Buenos Aires, ubica al gobierno nacional como el culpable de la pérdida de esos valores políticos: “El oficialismo, o gran parte de él, se siente dueño de la verdad y tiene tendencias autoritarias. Parece que les agrada descalificar a quien piensa distinto y que eso les genera una dosis de satisfacción”, completa.

En las elecciones primarias, su frente (que lidera Margarita Stolbizer) obtuvo el 11,13 % de los votos en la provincia de Buenos Aires, lo cual lo ubicó en un tercero y lejano puesto, detrás del Frente Renovador y del Frente Para la Victoria. Pero al candidato no lo asusta estar a más de 15 puntos de la lista de Martín Insaurralde: “A la provincia la va a ganar el Frente Renovador. Incluso por algunos puntos más”, se sincera y agrega: “Nuestro objetivo es lograr desplazar al oficialismo al tercer lugar. Y no es muy difícil, necesitamos arrastrar el voto útil hasta nuestra fuerza”.

En el orden nacional, la Unión Cívica Radical quedó segunda, sólo relegada por el oficialismo. Por eso, el diputado y ex candidato a presidente se ilusiona: “Sería lindo ganarle al FPV en la provincia. Pero más lindo todavía sería ganarle a nivel nacional”. Luego, asegura: “Yo creo que van a perder las elecciones porque se combinan tres factores que complicarían la situación de cualquier gobierno: dificultades económicas (consecuencia de errores cometidos por ellos mismos), la inseguridad y la corrupción”.

Proyectos contra la corrupción
Para luchar contra este último flagelo, el candidato a diputado explica que ya presentaron una serie de proyectos, entre los cuales enumera: “Crear organismos de control con fuerte participación ciudadana; el fideicomiso ciego, es decir, quitar al presidente el manejo de sus recursos para que no pueda beneficiarse con información sensible y la modificación del Consejo de la Magistratura, entre otros”.

El búnker de Alfonsín es prolijo e impersonal. Tiene sillones y obras de arte modernos y apenas algunas fotos sobre un mueble que recuerdan a su padre, el ex presidente de la Nación, Raúl Alfonsín. “Al radicalismo siempre le ha tocado gobernar en circunstancias más complejas. Ojalá hubiésemos tenido en la década del ‘80 el precio de los productos primarios, la economía internacional y las tasas de interés que tuvo el kirchnerismo”, se lamenta el hombre de 61 años. Y completa: “Con viento a favor es más fácil gobernar que con viento en contra”.

Según analiza Alfonsín, la clave para alcanzar la presidencia está en las alianzas. No teme referirse a ese término, a pesar de la experiencia que terminó de manera caótica en diciembre de 2001. “Para mí es más difícil explicar por qué las fuerzas que piensan igual compiten entre sí, que por qué van juntas”, señala el candidato. “Estoy trabajando en esta alianza en la provincia con el objetivo de que se transforme en un frente nacional. Con la intención de trascender el escenario de 2013, 2015 y 2017. Que sea un nuevo actor político, institucionalizado. Me ilusiono mucho con esta posibilidad”.

El ejemplo de Santa Fe
En esos términos, el diputado hace referencia al Frente Progresista de Santa Fe: “Allí se demuestra que las alianzas pueden perdurar en el tiempo: que se puede gobernar, ser eficiente y luego ser ratificado en la gestión por la ciudadanía. Yo confío en que las fuerzas puedan seguir trabajando juntas”.

Con respecto a la lucha de poder del justicialismo, entre el Frente Renovador de Sergio Massa y el Frente Para la Victoria que lidera la presidente, Cristina Kirchner, Alfonsín manifiesta: “No creo que piensen igual. Porque el PJ es un partido que suele cambiar el punto de vista ideológico. Pero sí sé que se van a reunir, tarde o temprano. Ya vamos a empezar a conocer pases y después del 27 de octubre se va a completar. ¿Cómo se que se van a juntar? Porque estuvieron formando parte del mismo gobierno desde el 2003, hasta hace 24 horas”.

Para completar su idea, Alfonsín eleva la voz, mostrando su descontento: “Acaso en el Frente Renovador recién se dan cuenta de que el Indec engaña, que existía un Jaime comprometido con la corrupción, que destratan y descalifican a quien piensa diferente y que le quitaron autonomías a las provincias quedándose, el gobierno nacional, con la plata que es de Santa Fe”, enumera en forma de pregunta.

Para terminar, saca a relucir su chapa de candidato: “Por eso, quienes reclaman república y un progreso sostenido en el tiempo, que voten a los partidos que más garantías dan en este sentido. Y ya sabemos cuáles son”, concluye.

FUENTE:
WWW.ELLITORAL.COM