El reciente procesamiento del ex titular de la Sedronar, José Granero, pone al descubierto que los conf lictos del organismo encargado de la prevención de las adicciones y la lucha contra el narcotráfico (hoy solo abocado a las adicciones) no se limitan a las políticas erráticas desarrolladas a lo largo de la gestión Kirchnerista, sino que también comprenden maniobras delictivas por parte de sus máximas autoridades.

La justicia dictó el procesamiento de Granero (titular de la Sedronar entre los años 2004-2011), y de otros dos altos funcionarios de la Sedronar como partícipes necesarios de introducir al país efedrina destinada a la fabricación de estupefacientes.

El tipo penal se circunscribe en haber efectuado una presentación correcta ante la Aduana y alterando posteriormente el destino de uso de 1.900 kilos de efedrina.

Los funcionarios de este gobierno tienen la extraña y sorprendente capacidad de tapar un hecho grave con otro mucho peores. En reiteradas oportunidades hemos manifestado las irregularidades que ha venido atravesando la Sedronar: acefalía durante ocho meses, falta de presupuesto adecuado (menos del 10 % de lo que recibe Fútbol para Todos), falta de relevamientos y estadísticas actualizadas (las cuales se remontan al año 2010), y denuncias cruzadas entre funcionarios y/o ex funcionarios de dicha secretaria.

Sin embargo estas falencias salen del centro de la escena cuando la justicia resuelve que existen pruebas fundadas de que los máximos responsables de combatir el narcotráfico en nuestro país estuvieron involucrados precisamente en delitos vinculados al narcotráfico.

Servini de Cubría entendió que dada la exorbitante diferencia entre la cantidad autorizada a importar y las necesidades sanitarias de nuestro país, los imputados sabían que la efedrina iba a ser utilizada para un destino diferente al informado en la aduana.

La Sedronar autorizó el incremento de las importaciones de esta materia prima en un 1363% en solo 4 años. La consecuencia previsible fue que de 48 mil. de efedrina importados entre 2004 y 2008, 41 mil. fueron desviados a manos de condenados, procesados y denunciados por maniobras de narcotráfico.

Expresado en otras palabras, el 85 % de la efedrina que ingresaba a nuestro país era desviada para la elaboración de estupefacientes.

No es necesario ser un experto en la materia para entender que cuando las importaciones superan en más de 1000 % las necesidades sanitarias internas se debe a que existe otro mercado que las absorbe; en este caso el narcotráfico. Resulta de difícil comprensión que los máximos responsables del poder no hayan constatado el abrupto incremento de la importación de una sustancia tan sensible en la fabricación de estupefacientes.

La resolución judicial reafirma nuestra posición: el problema del narcotráfico en nuestro país no se circunscribe tan solo a la cocaína y la marihuana, sino que también abarca tanto la elaboración y el desvío de precursores químicos como la producción de drogas sintéticas.

Urge reglamentar la ley de precursores químicos y mantener actualizada la lista de estas sustancias, resultando a su vez necesaria la vigilancia de los pre-precursores. Frente a ello no solo instaremos a todos los legisladores a acompañarnos en las iniciativas que ya hemos presentado en el Congreso, sino que también profundizaremos las medidas tendientes a combatir el flagelo del narcotráfico.

FUENTE:
DIPUTADOS.UCR.ORG.AR