En una reciente entrevista la diputada Patricia De Ferrari cuestiona ante Parlamentario la actitud oficial, poniendo como ejemplo lo sucedido con la comunidad qom.

¿Cómo le cayó que la presidenta inaugurara el Salón de los Pueblos Originarios en Casa Rosada, cuando la comunidad qom protestó más de un mes en Plaza de Mayo sin respuestas?

Muy mal, porque se encargaron de llevar a la gente que estaba haciendo un acampe desde hace casi 40 días, con la promesa de que iban a recibirlos en la Casa de Gobierno; una promesa que no cumplieron, y el gobernador de Chaco estaba acá en el acto de cambio de nombre del salón. Entonces, no solamente la política que tienen hacia los pueblos originarios es de muy baja calidad y mentirosa, sino que además es una burla cruel a gente que durante casi 40 días estuvo a la intemperie para ser atendida por el jefe de Gabinete. El hecho de que la presidenta siente al gobernador al lado del vicepresidente de la Nación no sólo es un mensaje total y absoluto de que les importa un bledo los pueblos originarios, sino que además ni siquiera hace respetar al jefe de Gabinete. Fue un mensaje muy triste para los pueblos originarios y para la ciudadanía argentina.

¿Cuáles son los reclamos?

En el caso del Chaco, que son los que estaban en Plaza de Mayo, principalmente el agua potable. La Argentina vive pagando multas por no ejecutar los planes internacionales respecto al agua potable. Pero además tenían un sistema de acarreo de agua que cuesta 20 millones de pesos, que lo tiene un primo de (Jorge) Capitanich, y ni siquiera eso están mandando: hoy, literalmente, toman agua del charco. El otro reclamo es que le habían suspendido la ayuda a los comedores comunitarios, así como los 100 pesos por mes que reciben para alimentación. Además, ellos habían formado cooperativas con las que realizaban obras públicas, y les han suspendido totalmente la posibilidad de trabajar con esas cooperativas.

¿Es muy diferente la situación con respecto a otras comunidades?

No, las otras comunidades tienen todas los mismos problemas: acceso a la educación; garantías de salud –cuando digo garantías de salud digo que no los estén matando de hambre como en los hospitales, y que los atiendan, porque ni siquiera los atienden-; que no los repriman, que no les armen causas penales por reclamar lo que es justo para ellos; y que además les respeten su entorno y sus tierras comunitarias. 

Porque en realidad, las tierras que están en manos de los pueblos originarios antes no tenían ningún interés. Hoy, por una cuestión de tecnología y de avances, las fronteras se han corrido, entonces ahora sí son interesantes, para la actividad hidrocarburífera, para la minera y para la soja. 

La conclusión es que nadie los consulta, y a su vez les niegan todo lo que la legislación argentina les reconoce como pueblos originarios, que están en una situación tan peligrosa y lamentable como en el siglo XIX.

FUENTE:
PARLAMENTARIO.COM