Bajo este título, el Diputado Nacional Jorge D'Agostino, hizo un análisis del discurso de la Sra. Presidente, Cristina Fernández, en el acto de apertura de sesiones legislativas 2014.

Lo ocurrido el sábado pasado, en el Congreso de la Nación, se ajusta a lo que dispone la Constitución Nacional, en su Artículo 63. “Ambas Cámaras se reunirán por sí mismas en sesiones ordinarias todos los años desde el primero de marzo hasta el treinta de noviembre...” 

Y en el 99 inc. 8 referido a las obligaciones del Presidente: “Hace anualmente la apertura de las sesiones del Congreso, reunidas al efecto ambas Cámaras, dando cuenta en esta ocasión del estado de la Nación, de las reformas prometidas por la Constitución, y recomendando a su consideración las medidas que juzgue necesarias y convenientes”.

Esto sirve para que cada inicio de año legislativo, el Congreso tome nota de lo que salió bien en el año anterior o mal o regular para corregir. Durante 2 horas y 50 minutos relató a su juicio como estaba la situación nacional. De su discurso no se escuchó un solo anuncio de gestión para el futuro, ni una sóla autocrítica. Habló mucho. Escuche todo y aqui les resalto lo que me pareció medular para deducir que nada cambiara y todo lleva a la continuidad de éste modelo de administración. 

Resaltó los pagos de deuda pública realizados en los últimos 10 años como un logro, aunque no mencionó porque ése dinero no se destinó a salarios docentes, para no tener que reclamarles, como lo hizo, que la tienen de rehen cada marzo. 

Entre otros datos confusos, resaltó los avances contra el desempleo, el que se ha reducido al 6,4% y lo comparó con 2003, que fue de 25%, pero si compara con 2013, con diez naciones de Sudamérica ocupamos el tercer puesto entre los países de menor crecimiento económico y mayor nivel de desempleo y el segundo con más alta inflación. Otro dato escondido por Cristina, fue que hace 10 años que el empleo público crece 6% anual. Esto es, hay menos desempleo, y menos empleo privado y más público.

Un tema altamente sentido, por los bonaerenses y porteños en especial, es el permanente piqueteo, con cortes por cualquier causa en calles y autopistas. Como si fuera la Presidente de Finlandia, dijo "no puede ser que 10 personas te corten una calle y no pase nada". Convengamos que si no pasa nada, es porque el gobierno está ausente. No es una responsabilidad de los legisladores.

La Presidente, acepto el fracaso del Memorándum con Irán, que nosotros hemos criticado y votado en contra por atentar contra la soberanía jurisdiccional argentina y formalizar con un país sospechado de terrorismo, pero dijo que no tenía solución al problema y que seamos nosotros desde la oposición que le proveamos de la alternativa de traer a los testigos para ser indagados por el juez y el fiscal de la causa AMIA que viene desde 1994. 

Desleal manera de tirar la piedra, esconder la mano y desligarse de una responsabilidad que le es propia al Poder Ejecutivo, sin contar con las enormes sospechas de colaboracionismo del gobierno de entonces, para que ocurran ambos atentados terroristas

Y finalmente aceptó la falta de autoabastecimiento de energía pero justificó los cortes de luz y la carencia de combustible, en la enorme cantidad de autos vendidos, de heladeras y aires acondicionados, que se enchufan y gastan. Esa es la causa por la que no tenemos energía sugirió. Una verdadera falacia, dado que la gestión de YPF privatizada desencadenó el vaciamiento de la empresa partir de la Presidencia Menem, y hoy a falta de exploración y trabajo en los nuevos yacimientos, se carece de la energía, pero no por el consumo, sino por la imprevisibilidad de 10 años de despilfarro.

Lo demás fue deserción plena de su responsabilidad. Hizo cientos de referencias a números comparados al año 2003 y evidentemente es una trampa para los inocentes. Nada de lo ocurrido después de 2001 a 2003 puede compararse con lo que siguió, esto es: la peor de las crisis económicas de la Argentina, con la mejor de las etapas de precios internacionales para nuestros granos. Levantar un éxito porque los datos son mejores ahora, que en 2003, no es ningún triunfo.

El análisis del estado de la Nación de la Presidente, fue completamente parcial, sin visión de futuro y sin ninguna referencia a la perdida de reservas, a la expansión inflacionaria y a los altísimos índices de corrupción pública e inseguridad privada. Esto es, más cortoplacismo, negación total de los problemas, mirando una realidad que cuando es inconveniente la modifica verbalmente a su antojo.

Para terminar, la frutilla de la torta. 10 cuadras a la redonda del Congreso, cientos de colectivos de todo el país, con gente traída muy temprano a la plaza con banderas, pancartas, remeras y parafernalia kirchnerista. Un obsceno gasto que escupe la cara de los docentes a quienes se le retacea un aumento de salario, pero se despilfarra en altos gastos de movilización sin motivo justificado. Lamentable.-

FUENTE:
JORGE D'AGOSTINO
DIPUTADO NACIONAL, UCR - E. R.