El titular de la Auditoría General de la Nación denunció que por ese motivo “los servicios públicos presentan una enorme deficiencia desde el punto de vista de la prestación” y que con las privatizaciones “el usuario como tal fue bastante desconocido”.

“Hay una ausencia de la cultura del control en la Argentina muy marcada y eso se expresa en casi todos lo ámbitos en los que uno tiene competencia”, advirtió el presidente de la Auditoría General de la Nación (AGN), Leandro Despouy.

En diálogo con Radio América, Despouy sostuvo que eso se demuestra “en un momento en el que los servicios públicos presentan una enorme deficiencia desde el punto de vista de la prestación”.

Según opinó, “las privatizaciones” de los servicios se hicieron de una “manera salvaje, casi sin ninguna racionalidad usuaria, un poco con la racionalidad de achicar el Estado, de que los empresarios puedan hacer algunos negocios”, con lo que “el usuario como tal fue bastante desconocido”.

“Esto hizo que los entes de regulación y control que se crearon fuesen muy débiles y funcionaran mal. Y, que la calidad del servicio fuese cada vez peor. En este momento estamos en una fase de mayor deterioro”, se quejó.

Además, denunció “la pésima calidad de servicio y las condiciones de inseguridad que son tan grandes que ya hay una doble problemática. Una, que se viaja mal. Pero, además con muchísimo riesgo”.

“Esto es lo que, de alguna manera, ha marcado la creciente decadencia de la prestación de los servicios. Aparecen estas cuestiones que cuando uno va a ver efectivamente cómo se aplican esos fondos va a encontrar expresiones de desviación o corrupción”, señaló.

También indicó: “Hay resortes que hacen que prácticamente el presupuesto que se ejecuta es muy distinto al que se aprueba”.

“No se pueden aplicar tantos fondos como los que aplica el Estado sin que exista una rendición de cuentas. De lo contrario, está fomentando una cultura donde el propio responsable de aplicar esos fondos puede no aplicarlos o crear mecanismos de desviación”, alertó.

Despouy consideró que “la ciudadanía tiene un alto nivel de percepción de corrupción que tiene una explicación sobre todo en la forma en la que se han deteriorado las áreas en las que el Estado más dinero pone, como los servicios públicos”.

“Se produce ese doble fenómeno: hay grandes sumas de dinero pero al mismo tiempo disminuye la calidad pero se agravan los accidentes, las situaciones de riesgo que están creciendo. Sobre todo cuando se verifica que los mismos empresarios que benefician esos fondos aparecen como vinculados o relacionados con altos funcionarios”, concluyó.-

FUENTE:
DIARIOINEDITO.COM