Comienza el tratamiento parlamentario del paquete de leyes presentado días pasados por el gabinete económico de la presidente Cristina Fernández con el objetivo de oxigenar las reservas internacionales del BCRA. A continuación, la visión del radicalismo en el Senado.

Argentina atraviesa situaciones que ponen claramente en riesgo el crecimiento conseguido. Sin embargo, las últimas decisiones económicas de la Presidente de la Nación no han hecho más que ahondar la crisis.

La pérdida de rumbo económico, la falta de confianza, el aislamiento internacional por mentir con las estadísticas y manipular el INDEC, y una inflación creciente limita las inversiones.

La imposibilidad de captar fondos en el exterior para oxigenar YPF o mejorar la infraestructura para prevenir tragedias como las recientes inundaciones de La Plata o el accidente de Once, impide alcanzar niveles de competitividad genuina.

La presión tributaria que se aproxima al 50% del PBI, de todos modos, requiere financiar al sector público con reservas del Banco Central. Así, que la ANSeS ponga el dinero de los jubilados para afrontar los gastos de gobierno u obras a largo plazo con inflación carcomiendo haberes, es muy poco eficiente.

La duplicación del mercado cambiario producto del fracaso en su administración azota sin piedad a las economías regionales, dejándolas sin trabajo.

No obstante, el gobierno encaró la ruta más peligrosa: un blanqueo de activos no declarados provenientes del "ahorro en el colchón", la especulación financiera o el delito.

Con el riesgo social de reingresar al sistema dinero proveniente del narcotráfico o la trata de personas, el oficialismo intenta justificar el crecimiento patrimonial de sospechados "amigos del poder".

La negativa del gobierno a que el titular de la UIF, José Sbatella, participe del debate del proyecto en el Senado, no ha hecho más que confirmar esta hipótesis.

Que la esposa de Lázaro Baez se vea impedida de blanquear, es un avance, pero nadie explica: ¿cuál es plan de obras que se financiará con estos activos? ¿cuánto manejará Julio De Vido (jefe de la caja)? o ¿cómo se comprarán los CEDIN con fondos clandestinos?

En definitiva, si después de la expropiación de Ciccone y la Reforma Judicial, se sanciona otro blanqueo, el FPV se garantizará impunidad, dando paso al autoritarismo populista más corrupto de la historia argentina.-

FUENTE:
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