Los legisladores oficialistas lograron la votación afirmativa del proyecto en general, pero los problemas surgieron cuando se sufragó en particular. Al llegar al artículo 2, el resultado fue negativo, adujeron problemas técnicos y la oposición se retiró.

La Cámara de Diputados, después de un largo debate, aprobó en general el proyecto que prevé la reforma del Consejo de la Magistratura por 130 votos contra 123, aunque el escándalo surgió cuando se analizó artículo por artículo.

La votación en particular se logró por la presión de los diputados opositores, principalmente del presidente de la bancada de la Unión Cívica Radical (UCR), Ricardo Gil Lavedra, quien se negó terminantemente a que sólo fuera tratada en general, intento que habían pergeñado los legisladores oficialistas.

Con el artículo 1 no hubo problemas, pero con el siguiente, que establece la ampliación de los miembros del cuerpo, empezaron los problemas: el tablero electrónico mostró un resultado negativo, con 128 votos a favor, 101 en contra y 21 abstenciones.

El jefe del bloque del Frente para la Victoria (FpV), Agustín Rossi, se acercó al presidente de la Cámara, Julián Domínguez, para exigirle que se tomaran como positivos los votos de los diputados Alicia Comelli, del Movimiento Popular Neuquino (MPN), quien había anticipado que lo haría en forma negativa, y Juan Carlos Forconi, de Santa Fe en Movimiento.

Domínguez le hizo caso a Rossi y dio por aprobado ese artículo, lo que provocó el fastidio de los legisladores opositores, que decidieron abandonar el recinto en medio de quejas, por considerar que el kirchnerismo violó el reglamento para conseguir el resultado que buscaba.

Más tarde, cuando sólo se encontraban los diputados oficialistas y sus aliados, se procedió a votar de vuelta ese ítem en particular y fue aprobado.

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