"Si la Presidente no dialoga, nosotros vamos a ocupar ese espacio que ella deja vacante." Ese es, palabras más, palabras menos, el argumento íntimo que mueve al radicalismo para encarar un raid de reuniones con actores sociales que empezó hace diez días y no tiene miras de terminar.


La idea fue del titular del partido, Mario Barletta, pero lo apoyan los dos bloques legislativos de la UCR, que lo acompañaron en algunos de los encuentros. El repentino movimiento en la agenda radical empezó la semana pasada, cuando se entrevistaron con la cúpula de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) opositora, la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Unión Industrial Argentina (UIA).

Pero esta semana no aflojaron y ayer se reunieron con el titular del Episcopado, monseñor José María Arancedo, justo después de que la cúpula radical participó del abrazo al Indec, en reclamo de estadísticas transparentes. El próximo paso es encontrarse con la Mesa de Enlace del campo, las ONG dedicadas a la transparencia, y la lista sigue.

"Queremos demostrar que las sociedades se sustentan en el diálogo. Es lo que diferencia a los seres humanos de los animales. Y es lo que este gobierno no hace, dialogar", dijo, provocativo, Barletta a LA NACION, al explicar los motivos de los encuentros.
A las reuniones tampoco les faltó provocación. Con el titular de la CTA, Pablo Micheli, los radicales coincidieron en que "La inflación se está comiendo los salarios de los trabajadores".

Sentados a la mesa de diálogo con el jefe de la CGT, Hugo Moyano, fueron más allá y hablaron directamente del "Mal momento" de la economía y de la necesidad de subir el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias. El mismo día, reunidos con el titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, los radicales pidieron "Alcanzar un proyecto de país alternativo donde el crecimiento se transforme en desarrollo".
Y ayer con el Episcopado no fueron a menos. "Alimentamos al mundo, pero aún nos golpea la desnutrición infantil", dijo Barletta después de la reunión con Arancedo. Lo escoltaban el vicepresidente de la UCR, Atilio Benedetti, y el secretario general del partido, Juan Manuel Casella.

Ex intendente de Santa Fe y ex rector de la Universidad Nacional del Litoral, Barletta elogió el Programa Alimentos Nutritivos que lleva adelante esa universidad, y prometió que se iba a reunir con Cáritas para sumarse al proyecto Hambre Cero.
Más allá de la particularidad de cada tema y cada reunión, el objetivo político es uno solo: volver a instalar a la UCR en la agenda de los temas importantes y subir el perfil del partido y, de paso, de su presidente.

En esa línea, la mayor ayuda que recibió la UCR vino, sorpresivamente, del ex candidato a la Procuración, Daniel Reposo, que los culpó por el fracaso de su postulación. Fue música para los oídos radicales, que desde que perdieron las elecciones intentaban, sin éxito, recuperar visibilidad pública.

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